¿Por qué cambiar de coche si puedes cambiar de combustible?

Estación de carga eléctrica en una imagen de archivo. Fuente: Pixabay

En los últimos años muchos propietarios de coches térmicos (los de toda la vida) están planteándose hacer el cambio a los híbridos o los eléctricos. ¿Merece la pena? ¿Es más ecológico desechar un coche térmico que funciona por uno nuevo eléctrico? ¿Ahorraremos dinero a la larga? Son solo algunas de las preguntas que nos hacemos y a las que intentamos dar respuesta.

Motores térmicos, eléctricos e híbridos

Los motores térmicos son los que transforman energía química (gasolina, gasoil o gas) en energía mecánica. Esta energía química se acumula en forma de depósitos de combustibles, más ligeros que las baterías que deben portar los eléctricos. Además, el tiempo de recarga de un coche térmico es mucho más bajo que el necesario para cargar un coche eléctrico (aunque los tiempos en este caso vayan mejorando con los avances en el sector). Por último, otra ventaja de los coches tradicionales frente a los eléctricos es la autonomía.

En el caso de los híbridos, podríamos decir que tienen las ventajas de uno térmico pero también sus desventajas, del mismo modo que tiene las puntos fuertes de uno eléctrico y sus puntos débiles. Ahora bien, si estamos pensando en cambiar nuestro vehículo por uno eléctrico o híbrido por razones ecológicas, debemos tener en cuenta otro actor principal: los ecocombustibles.

Los ecocombustibles

Los ecocombustibles líquidos bajos en carbono se pueden categorizar en dos: los e-fuels (combustibles sintéticos fabricados a partir del CO2 retirado de la atmósfera e hidrógeno renovable) y los biocombustibles avanzados (procedentes a partir de la industria agroalimentaria, la agricultura, los aprovechamientos forestales o la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos).

Los e-fuels, que ya están produciéndose en países como Alemania o Chile, requieren de energía limpia (como la solar o la eólica) para extraer hidrógeno del agua mediante electrólisis; y CO2, que se captura de la atmósfera (lo que ya de por sí ayudaría a reducir los niveles de contaminación). Por el momento son más caros que los convencionales pero se espera reducir los precios cuando los volúmenes de producción sean mayores.

Por otro lado, los biocombustibles avanzados se consiguen a través de los desechos de otros sectores, como los aceites vegetales residuales, aceites de cocina usados, biomasa o alcoholes vínicos procedentes de los residuos generados por la industria del vino. La utilización de estas materias primas permite reducir significativamente las emisiones de CO2. Por ejemplo, en el caso de los aceites de cocina usados, la reducción respecto a los combustibles tradicionales llegaría al 85-90%. Ya se utilizan mezclados con los combustibles convencionales.

En los dos casos, no se requiere de un cambio de motor para utilizar estos nuevos combustibles. Tan solo repostar en gasolineras donde tengan surtidores provistos de dichos combustibles. El precio, eso sí, sigue siendo algo más caro, pero bajará según vayan haciendo mayores producciones. Sin embargo, ¿Cuánto cuesta un automóvil nuevo? ¿Es responsable comprar cuando podemos reutilizar o alargar la vida de un coche aún en buen estado? Cada uno que saque sus conclusiones. Mientras tanto, recuerda reciclar tu aceite de cocina usado. Aquí te contamos cómo.