Te explicamos las restricciones de la Comisión Europea a la exportación de residuos a países no pertenecientes a la OCDE

Playa contaminada de residuos. Fuente: Pixabay

La Comisión Europea ha propuesto nuevas normas más estrictas a las exportaciones y movimiento de residuos. Con ello pretende frenar el tráfico de residuos y asegurar que los países importadores sean capaces de gestionarlos de forma sostenible.

Los residuos deben entrar en la economía circular sin rebajar el grado necesario de control. En el marco del Reglamento revisado sobre los traslados de residuos, la Comisión Europea propone simplificar notablemente los procedimientos establecidos para facilitar que los residuos vuelvan a entrar en la economía circular y, de este modo, ayudar a reducir la dependencia de materias primas del extranjero.

Para ello, está previsto digitalizar todos los procedimientos que rigen los traslados de residuos entre los Estados miembros de la UE. También se contemplan nuevas disposiciones para apoyar el uso de procedimientos acelerados en instalaciones con autorización previa certificadas por los Estados miembros, y otras que permitan racionalizar el cálculo de las garantías financieras previo al envío de residuos al extranjero. Por último, se pondrán condiciones más estrictas para los traslados de residuos destinados a ser incinerados o depositados en vertederos, de modo que sean el último recurso.

El nuevo Reglamento pretende reforzar asimismo la lucha contra el tráfico de residuos, que representan actualmente entre un 15 y un 30% de los traslados de residuos. Si los residuos acaban en países donde no se gestionan debidamente, los riesgos para la salud humana y medioambiental pueden ser enormes. Nuestros residuos pueden considerarse recursos de alto valor, sin embargo los traslados a países no miembros de la OCDE han aumentado considerablemente desde la entrada en vigor del actual Reglamento de 2006.

Para poner freno al transporte ilegal de residuos, la UE quiere facilitar el transporte para su reciclado o reutilización dentro de la propia UE. En 2020, la Unión Europea exportó alrededor de 33 millones de toneladas de residuos a países no pertenecientes. Además de la huella ecológica que supone el traslado de residuos entre países, el problema de ese 30% de traslados ilegales radica en que los comerciantes ilegales eluden las normas vigentes dando lugar a graves delitos medioambientales. Por esta razón, otra de las medidas que adoptará la UE será solicitar a los países importadores la demostración de que podrán valorizar los residuos de manera adecuada mediante información sobre el tratamiento que se les daría a dichos residuos. Esto se demostraría periódicamente a través de auditorías.